martes, 6 de julio de 2010

Los 5 resultados ocultos de la elección

1.- 4 de julio: el día que Peña Nieto se volvió alcanzable. En Los Pinos su popularidad los tenía desencajados, en el PAN no sabían cómo ni con quién, en el PRD no encontraban ruta para ubicar a cualquiera de sus aspirantes cerca... hasta ayer. Las derrotas del PRI en Oaxaca y Puebla han demostrado que no hay gobernador poderoso, autoritario, que use recursos públicos y/o represor, que sea invencible. Que no toda la capacidad de operación y presión de un mandatario estatal puede trasladarse en automático a su “delfín”. Y que podrán ser esquizofrénicas e incongruentes, les podrán decir bodas gay o engendros, pero las alianzas PAN-PRD funcionan.

2.- Al Presidente le salió. Calderón tomó la decisión de anteponer el manejo del PAN al del gobierno, la política partidista sobre las políticas públicas: rompió con sus aliados del PRI, orilló a su secretario de Gobernación a renunciar a su partido por las alianzas y fue el verdadero jefe de campaña del PAN. Todo, por dejar al panismo con menos desventaja de cara al 2012. Además, niveló el terreno para volver a iniciar la negociación política con el PRI en una posición de igualdad. Le salió.

3.- La mentira del marcador 9-3 a favor del PRI. Los priístas están diciendo que no se les puede ver como los derrotados de la jornada, pues llegaron al 4 de julio con nueve gubernaturas y salieron con nueve. Que si perdieron Oaxaca, Puebla y Sinaloa, recuperaron Tlaxcala, Zacatecas y Aguascalientes. El problema es que a los partidos les interesan los estados en función de su número de habitantes, pues eso les da reserva de votos, más presupuesto y más diputados. Hagamos la cuenta: caben dos Zacatecas en Sinaloa, tres Aguascalientes en Oaxaca y cinco Tlaxcalas en Puebla. El PRI fue derrotado. Y además creó la expectativa de 12-0.

4.- Los triunfadores Nava y Ortega. El candidato vencedor por la alianza PAN-PRD en Sinaloa era priísta hace cosa de 100 días. El ganador en Oaxaca es de Convergencia, cercanísimo a López Obrador. El de Puebla es un cuadro de Elba Esther Gordillo. Hasta si llegan a quedarse con Durango sería con un aspirante que militaba en el PRI apenas en enero. Ninguno tiene nada que ver con el calderonismo panista ni con “Los Chuchos” del PRD, pero tanto César Nava como Jesús Ortega levantan los brazos al ser los que cristalizaron las impensables coaliciones vencedoras y sienten propios los triunfos. Ya veremos a favor de quién operan los nuevos mandatarios.

5.- ¿Qué pasó con las encuestas? En Sinaloa nadie le daba ventaja a Malova, ni 11 puntos de ventaja a Moreno Valle en Puebla, mucho menos nueve puntos a Gabino Cué en Oaxaca, ¿empate en Durango? Imprevisto hasta en las de salida y conteos rápidos; en Veracruz no hubo dato que mostrara —incluso en pleno domingo— que Yunes quedó a un respiro de Duarte en Veracruz ni que la derrota de Xóchitl Gálvez fuera sólo por cinco puntos en Hidalgo o que Adriana Dávila en Tlaxcala fuera ampliamente rebasada por González Zarur. ¿Qué pasó que no midieron los encuestadores?


Carlos Loret de Mola
El universal

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