Muchas veces no es
suficiente sentir demasiado amor, para aceptar que las cosas no se pueden dar
como lo esperábamos, ni tampoco evitar o impedir que nos cause dolor el tener
que decir ineludiblemente, adiós…
Cuesta entender como todo
parece a veces quererse oponer, y en cada paso surgen tropiezos y obstáculos
que nos hacen caer y hasta dudar de lo sano o no que pueda ser continuar o
terminar lo que ya tenía sus raíces bien clavadas en lo más profundo de nuestro
interior…
Qué difícil es hacerle
comprender al corazón, que aunque lo que está sintiendo es lo que le da sentido
a su latir, tiene que aprender a dejar de suspirar y asumir que las cosas no
pueden continuar, porque la decisión que se ha tomado es escribir fin, en lo
que creímos sería para toda la eternidad…
Y a veces no sabemos dar
explicación, cuando nos preguntan, porque hay que soltar lo que más hemos
sabido amar; no es fácil encontrar una razón, decir que quizás existen mundos
diferentes en los que cada uno se ha de ubicar; entender que cuesta seguir
cuando las circunstancias se atraviesan para separar, ni aceptar que quizás uno
de los dos no amó lo suficiente y por eso se llegó a la conclusión que es mejor
terminar.
Hay momentos en los que ese
adiós inmortaliza en el alma el sentimiento que tanto unió, y aunque muchas
cosas nuevas surjan y existan propuestas de vivir algo más, nada podrá hacer
que se olvide aquello que significó demasiado, por lo que permitió
experimentar… Y quizás este adiós cueste tanto que se guarde la esperanza de
replantear, o se dejan las puertas abiertas por si el tiempo decide que las
cosas se puedan retomar; esa es la ilusión que más alimenta el corazón, aunque
intente distraer lo que siente y finja demencia afirmando que ya lo ha superado
y se optó por lo mejor…
Tal vez sin quererlo, se
rompe cualquier lazo que dificulte el soltar; y se prefiera arrancar cada
página que en el fondo del alma se quiere arraigar; porque mientras exista una
esperanza es casi imposible terminar, y hace más daño la separación, sin que el
corazón asuma realmente que todo terminó.
Son realmente muchas las
circunstancias que aún en contra de lo que se siente, obligan a decidir que
todo debe llegar a su fin y debemos continuar dejando atrás lo que por un
tiempo se convirtió en nuestro todo y en lo que más sabíamos amar…
Solo queda expresar, que
decir adiós fue la mejor decisión, porque era difícil continuar, aunque en el
corazón de uno o de ambos existiera demasiado amor… muchas veces quizás esto en
el fondo no es verdad y quedará el vacío por terminar o dejar ir lo que más se
amo……
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