jueves, 30 de octubre de 2014

'El rugido de la selva'; la pelea del siglo cumple 40 años



Mohamed Alí recuperó el título de los pesados ante George Foreman. El combate se realizó en Zaire, ante la complicidad del dictador Mobutu y el promotor Don King

Mohamed Alí cuenta los minutos antes de subir al ring en ese vetusto estadio de futbol llamado 20 de mayo, en la África Negra conocida como Zaire. Es el 30 de octubre del 74, en la cancha se ha instalado un cuadrilátero y alrededor hay 60 mil espectadores, la mayoría de piel negra. Ellos no lo saben, pero se van a convertir en testigos del llamado combate del siglo: El rugido de la selva (Rumble in the jungle)

El negrazo de 1.91 metros de estatura y 94 kilos de músculos lanza jabs y ganchos frente a un sucio espejo, ante la mirada de Angelo Dundee, su mánager. Sus manazas están cubiertas por vendas elásticas y se ha quitado la sudadera.

¿Qué voy a hacer en el ring?

Vas a bailar- contesta Dundee-.

¿Qué voy a hacer en el ring?

¡Bailar, Mohamed, vas a bailar! -responde el resto de su equipo-.

Son casi las cuatro de la madrugada, una hora absurda para un combate por el título de los pesos pesados. George Foreman contra el más grande y el más bonito. Un horario para la comodidad de millones de espectadores occidentales, quienes observan las imágenes hasta 14 mil 199 kilómetros (distancia que hay desde Kinshasa hasta Los Ángeles).

Mohamed, aquel hijo consentido de Louisville que saltó a la fama tras destronar a Sonny Liston en el 64, perdería el título de los pesados sin recibir un solo golpe.

Estados Unidos lo borraría de los encordados tras negarse a combatir en Vietnam.

El otro era llamado Cassius Marcellus Clay, el hijo de esclavos, había retornado al boxeo de paga y, tras algunos combates de preparación, estaba de vuelta para reclamar lo que consideraba suyo: el titulo del boxeador más grande del mundo.

No sería fácil. En la otra esquina lo esperaba Big George (Foreman), un toro negro texano, seis años más joven que Alí (32) y con puños demoledores. Más allá de su récord (40 victorias, 37 por nocaut y sin derrota), Foreman tumbó en siete ocasiones a Joe Frazier para arrebatarle el título, ¡en dos asaltos!; los mismos rounds que le duró Ken Norton, su rival en la primera defensa. De hecho, sus últimos ocho combates habían terminado en el segundo asalto.

Otros dos negros brillaban abajo del ring. El primero era el autoproclamado hombre fuerte de Zaire, Mobutu Sese Seko, dictador que cambió el nombre del Congo Belga e impuso sus caprichos a base de mano dura y sangre. Un hombre corrupto y brutal que consiguió el financiamiento para montar el show con un grupo de inversionistas de Liberia. Quería que el mundo supiera de la existencia de Zaire. Claro, y de quién mandaba en ese terruño.

¿El otro personaje? Un hombre casi desconocido y que había estado en la cárcel. Personaje de piel negra, pelos parados y voz chillona, pero con la suficiente astucia para llegar hasta el dictador africano y venderle el sueño de tener en su casa a dos monstruos del pugilismo. Se trataba de Don King, quien ofrecería a cada uno de los protagonistas la cantidad de cinco millones de dólares por subirse al ring en horas de la madrugada. Cuentan los viejos cronistas de box que esa suma no la ganaron en toda su carrera Joe Louis, Jack Dempsey y Rocky Marciano.

Alí, boma ye..!

El combate estaba pactado para transmitirse a todo el mundo, menos en Zaire. La fecha inicial era el 24 de septiembre del 74 y se había contratado a varios cantantes famosos para amenizar el show durante la semana previa al campeonato del mundo. Ahí estuvieron Miriam Makeba (Pata Pata), Celia Cruz (¡Azúca!) y Mr. Dinamita James Brown (I feel good).

Un casi inexpresivo campeón del mundo (Foreman) sufriría una cortada en el párpado derecho entrenando con su sparring, lo que puso en suspenso la celebración del combate. La pelea se cambiaría al 30 de octubre del mismo año (hace 40 años), por lo que Mohamed aprovechó esas seis semanas para hacerse popular entre la población zaireña, argumentando que “vivo en América, pero África es el hogar del hombre negro. Hace 400 años fui un esclavo y ahora vuelvo a mi casa a luchar junto a mis hermanos”.

En Zaire se había impuesto una lengua oficial bajo la dictadura de Mobuto Sese Seko, era el lingala y en esa lengua Mohamed se había acostumbrado a escuchar de los lugareños la frase “Alí, boma ye”. Significaba “Alí, mátalo”, en referencia a su próximo combate ante el campeón del mundo.

¡Alí, boma ye!, ¡Alí, boma ye! ¿Cuántas veces se habrá escuchado dicho cántico en el viejo estadio, antes de que Mohamed Alí se asomara entre los más de 60 mil asistentes y subiera al cuadrilátero para hacer su acostumbrado paso de gallina?

¡Suena la campana!

Los gigantes de ébano se olvidan del show previo y de inmediato intercambian mazazos que tumbarían a cualquiera. A unos metros del encordado los cronistas deportivos describen a un campeón hecho un toro, frente a un rival que ha hablado demasiado, pero que ya no vuela como mariposa.

Es el segundo episodio y algunos se atreven a decir que se trata de un tongo, debido a que Alí se deja ir contra las cuerdas y se cubre el rostro con los guantes. Ello mientras Foreman, el bombardero texano que acaba con sus rivales en dos rounds, suelta toda su corpulencia contra el cuerpo del consentido de los africanos. Quiere que Alí se trague sus puños. Y sus palabras.

Para sorpresa de algunos, Mohamed sigue de pie en el tercero y cuarto asaltos. El excampeón olímpico en Roma 60 deja que Big George lo siga golpeando, siempre recargado en las cuerdas, y con la apariencia de que de un momento a otro estrellará el rostro en la lona.

En la esquina de Foreman saben que algo anda mal en la quinta vuelta. Como si un ser de otro mundo se metiera en el cuerpo de Alí, el retador agita su corpulencia y suelta un par de derechazos letales que se estrellan en el rostro desencajado del campeón. Foreman, confundido y maltrecho, hace todo lo posible para no caer al piso.

Alí sabe que el show es suyo, la fanaticada no deja de gritar aquello de “boma ye”, mientras que George muestra el cansancio de tanto soltar golpes sobre un enemigo que parecía vencido.

Los asaltos seis y siete muestran a un Mohamed que por momentos se refugia en su esquina, atrae al campeón y permite que éste suelte las últimas fuerzas en sus cansados puños. “¿Eso es todo lo que tienes?”, le dice un Alí burlón, consiguiendo que Foreman se moleste y continúe gastando la poca energía que le queda.

Aquél que busque el video del combate, observará en repetidas ocasiones el octavo round, cuando faltan 15 segundos y Mohamed decide que es el momento de recuperar el título de los pesados. Mohamed vuelve a volar como mariposa y a picar como abeja. En un par de segundos se sacude los puños de su rival y estrella el guante derecho en dos ocasiones sobre Big George. El segundo aguijonazo es letal, el campeón del mundo se siente herido, las piernas se le doblan y dramáticamente cae a la lona de cara a las luces. Los fotógrafos guardan la última imagen con Mohamed a punto de dar otro puñetazo con la derecha. No fue necesario.

Los gritones del micrófono en aquellos años califican a Mohamed Alí como un elefante dormido, un mastodonte que cuando despierta lo destruye todo. Foreman, aquel texano que nunca había sido derrotado, intenta levantarse mientras que Zach Clayton, el tercer hombre en el cuadrilátero, sigue el conteo... cuatro, cinco, seis... Foreman logra ponerse de pie cuando la cuenta va en ocho. El réferi lo mira como un zombie y le dice que todo acabó, mientras Mohamed Alí, de espaldas a Foreman, levanta los puños y celebra su resurrección.

La mejor pelea de todos los tiempos había terminado.



Entre rezos y parrillas

A 40 años de aquel combate en la jungla, las cosas han cambiado. Zaire ahora es la República Democrática de Congo y el dictador Mobutu murió en el exilio. También se fueron de este mundo James Brown, Celia Cruz y Miriam Makeba. Don King se convirtió en millonario promotor de boxeo y fue demandado por varios de sus pugilistas (Mike Tyson, Sugar Ray Leonard y JC Chávez, entre ellos).

Foreman es ahora el reverendo George, hombre de cabeza rasurada y kilos de más que oficia misa y se da tiempo para publicitar parrillas para asar carnes; negocio que le ha dejado ganancias por 200 millones de dólares.

Además de manejar un centro de ayuda juvenil, George Foreman tuvo la osadía de regresar a los cuadriláteros y recuperar el título de los pesados, ¡a los 45 años de edad!, 20 años después de perder ante Alí en Zaire.

Como anécdota, Foreman noqueó a Michael Moorer usando los mismos calzoncillos rojos con los que enfrentó a Mohamed en aquella madrugada.

Mohamed Alí, por su parte, cuenta ahora con el Mohamed Alí Center en su natal Louisville, como un museo en homenaje a su carrera y en donde se observan guantes y calzoncillos suyos.

Foreman y Alí son amigos. El reverendo George reza por la salud de Mohamed, quien mantiene una larga batalla contra el Alzheimer. A sus 72 años, Alí ha tenido problemas de salud y en varias ocasiones su familia ha tenido que negar que el más bonito tenga los días contados.




……

Jack Bruce (1943-2014): Andanzas afrocubanas



Al morir el pasado sábado 25 de octubre a los 71 años, el bajista, cantante, compositor y pianista escocés Jack Bruce dejó un extenso legado de grabaciones, que no sólo experimentan pasiones de blues y rock, sino que trascienden a géneros de la música clásica y étnica, con improvisaciones de jazz y sonoridad afroantillana o mezclas de ritmos cubanos.

Considerado como uno de los mejores bajistas eléctricos desde finales de los años 70 por su obra con “Cream” y “Blind Faith”, en las décadas siguientes Bruce alternó con una pléyade impresionante de artistas.

La lista incluye a Frank Zappa, Leslie West, Lou Reed, John McLaughlin, Allan Holdsworth, Bob Dylan, Billy Cobham, Ringo Starr, Gary Moore, Keith Richards, Carla Bley, Charlie Watts, Bernie Worrell, Robin Trower, Jon Anderson, Santana y Mark Rivera, por nombrar a unos cuantos.

Con el cambio de siglo regresó a los estudios de grabación con el productor Kip Hanrahan para su CD solista “Shadows In The Air”, mismo que alcanzó el número cinco en las listas de popularidad británica de jazz y blues, prosiguiendo con su salida a la venta en 2001 por Sanctuary Records.

En el álbum aparecieron figurones como Eric Clapton, Doctor John The Night Tripper, Vernon Reid, Luis Quintana Changuito y Richie Flores, denominados colectivamente Jack Bruce & The Cuicoland Express.

“Los blues son una vivencia que respira cual manifestación del sufrimiento y los anhelos del ser humano. Es una expresión de humanidad. Es una mujer, es un tambor… Es mucho más importante incluso que aquello que puedas vender o catalogar… Yo no toco jazz. ¡Yo toco ‘Jack’!”, decía Bruce.

Sobrevivió a los excesos y adicciones de los rockanroleros en la década de los 70. El nuevo siglo le cobró la factura y estuvo a un tris de morir luego de que en 2003 le detectaron cáncer en el hígado. Logró reformar “Cream” en 2005 y por febrero del 2012 viajó a La Habana para presentarse con el requintista Phil Manzanera. La prensa cubana los anunció así:

“Los músicos británicos actuarán en el concierto de apertura de la XIV edición del Festival del Habano en Cuba que este año estará dedicado a las marcas de puros ‘Cohíba’… Manzanera y Bruce participarán junto al cantante cubano Augusto Enríquez en un espectáculo de bienvenida denominado ‘Eclectic-us’, que tendrá lugar en el Teatro Karl Marx de La Habana”.

De la Mambo Band, Enríquez dijo entonces al periodista Julio Martí:

“Hay varios invitados… Los extranjeros son Phil Manzanera, el legendario guitarrista de esa banda de rock psicodélico de los 70 que se llamó Roxy Music; y Jack Bruce, quien fuera el bajista, compositor y cantante de ‘Cream’, la agrupación emblemática de los años 60 que junto a Eric Clapton hizo varias canciones antológicas, de las cuales vamos a cantar una en el espectáculo que iniciará con las muchachas de Sexto Sentido…

“Después salgo e interpreto solo y seguidamente presento a Phil, quien hará un tema como solista. En otro momento entra Jack para hacer con Phil y conmigo uno de los éxitos del primer disco de ‘Cream’ e interpretar también juntos ‘El Cuarto de Tula’. A partir de ese momento seguirá el concierto con todos en escena”.

El rockanrolero cubano Juan Camacho contó que estuvo en Cuba para pasar el Año Nuevo de 2007-2008, según relata en el siguiente video:



Remember La Habana

En la primavera del 2014, Jack Bruce fue entrevistado vía telefónica tras la aparición de su décimo cuarto y último CD solista, por Ray Shasho.

–La primer canción de su álbum “Silver Rails” se titula “Candlelight”, la cual posee un sabor a calypso.

–Sí, porque habiendo estado uno en Florida y no muy lejos de Cuba…

“Yo viajé allá hace un par de años con Phil Manzanera quien toca la guitarra en ‘Candlelight’. 

Volamos a La Habana para tocar con algunos músicos cubanos y nos hicimos buenos amigos. Es un gran cuate y guitarrista. Así que cuando la escribí, pensé que necesitaba que él estuviera en esa pieza al grabarla”.

“Yo quiero que enciendas una vela que cure su vida y la mía
Sufrimos dolor bajo el ala del sol en el ocaso
Ya sea que sintamos la muerte llegar de frente
O los rayos del Sol pelar nuestras pieles…
Amor mío, ¿dónde estás?”

–Pete Brown (Ashtead, Reino Unido, 1940) y Kip Hanrahan (Nueva York, 1954) colaboraron con usted en varias canciones de este nuevo álbum. Todos sabemos que su relación con Pete Brown data de sus días con “Cream”, pero usted también ha hecho migas con Kip Hanrahan a través de los años.

–Kip Hanrahan escribió “Hidden Cities”, por medio de él fue que yo conocí la música cubana y afrocubana.

“Él tenía aquellas bandas magníficas y solíamos ir a Nueva York mucho. Ciertamente grabamos unos discos muy cool. Yo aprendí bastante de Kip, es uno de mis amigos más cercanos. Así que visitó mi hogar en Palma de Mallorca y escribió esa letra, aunque sólo fue una excusa para hacerlo venir allá y cotorrear un rato…”.

“Mientras la oscuridad del sucio río se va juntando
Y los propietarios de la tierra y del agua son unos pocos
La noche pertenece a todas las canciones iracundas y cantores”

–Usted ha sido extremadamente exitoso entrecruzando géneros varios no sólo en este nuevo álbum, sino a lo largo de su trayectoria musical.

–Claro, eso es lo que hago. Pero pienso que alguien como Eric Clapton, quien hace básicamente una cosa, es grandioso a pesar de que ha entrecruzado más géneros en años recientes, tocando un poquito de jazz aquí y allá.

“Sin embargo, yo siempre he disfrutado tocar distintos tipos de música y con diferentes músicos porque lo encuentro realmente interesante, como el aprender de Kip Hanrahan y trabajar con él. Existe un percusionista de congas llamado Milton Cardona (fallecido en septiembre de 2014) quien me ha enseñado muchos fundamentos de tambor mayor, es un sacerdote de la santería y conoce su oficio tal como era ancestralmente, a la perfección”.


Enseguida fragmentos del capítulo 14 de las “memorias oficiales” del músico Jack Bruce: Composing Himself. The Autorized Biography (“Jack Bruce: Composición de sí mismo”) redactadas por Harry Shapiro en 2010 para la editora londinense Jawbone, donde se habla de aquella banda con enfoque latino o afroantillano The Cuicoland Express.


“Nuevos comienzos”

El primer encuentro de Horacio El negro Hernández (La Habana, 1963) con el baterista libanés Robby Ameen fue a comienzos de los años 80 en Cuba. Luego se vieron en Roma y finalmente en Nueva York, donde Robby grababa para American Clavé. Robby realizó las conexiones necesarias para que Horacio se uniera al equipo.

Horacio y Jack Bruce (JB) hicieron su encuentro formal en Nueva York durante las sesiones para la grabación del álbum “Shadows In The Air” a finales de 1999 y comienzos del año 2000. Resultado de un nuevo contrato con Sanctuary Records, este álbum rico e intenso contó con una hermosa producción y grabación. Sin embargo, Warner/Chappell Music lo rechazó con el argumento de que no era un disco “nuevo” pues entre los 14 temas se incluían seis que ya antes habían aparecido. Tres de ellos databan de los tiempos de “Cream”: “Sunshine Of Your Love”, “White Room” y “Dancing On Air”.

No obstante, esta era la primera vez que JB intentaba reinterpretar aquellas canciones en un disco utilizando sección rítmica latina. Funcionó de maravilla, refrescando el sonido a tres décadas de su aparición original.

El bataquero Hernández considera que las estructuras rítmicas ya se hallaban en su salsa desde las composiciones originales de JB, compartiendo éste lo que El negro llama “un lenguaje rítmico común con los músicos latinos”, de tal modo que la transición al sentimiento afrocubano fue sencilla.

JB asimismo volvió a grabar “He The Richmond”, “Boston Ball Game 1967” y “Out Into The Fields”, las cuales siente integradas en armonía sin quedar sumergidas por la sopa de rock pesado como en un álbum de West, Bruce & Laing. Pero son dos de las canciones escritas con Kip Hanrahan dedicadas a (los músicos norteamericanos) Tony Williams y Larry Young: 

“Directions Home” y “Milonga” (ésta llamada así por su relación con la forma musical y danza argentina del tango), las cuales aportan la prueba –¡cual si hiciera falta!—de que a casi 40 años en su proceso de compositor, la brillantez creativa de JB no había perdido lucidez.

Kip cuenta varios métodos de escribir con JB, “todos muy refrescantes para mí. Jack podía tocar el piano creando melodías y descartándolas. Yo las tocaba de vuelta, escuchando tonadas para ponerles letra y construir las canciones a partir de ellas”. Si había discusión en cuanto a alguna, Kip le preguntaba “¿qué hubiera hecho Pete Brown?”, pero JB “nunca te dará una contestación directa”. (Kip afirma que adora las letras de Pete, aún cuando él sabe que su sentimiento no es recíproco.)

“Grabamos buena parte de ‘Shadows’… de igual modo como yo lo haría con mis propios discos –continúa Kip–. “No siento que fuese mi banda, éramos sólo un grupo de amigos, podíamos escribir canciones en el estudio. Así que con ‘Mr Flesh’, por ejemplo, podíamos decidir poner un ritmo de cumbia (de Colombia) encima de otra rítmica de dancehall (salón de baile), para lo cual llamaba a Robbie Ameen y al Negro Horacio Hernández. ‘¿Okey, cumbia encima de dancehall? Okey, ¿qué tan rápido? ¿Línea de bajo para ésta, Jack? En cuanto la letra, vamos a ver…’.”

Para Horacio, las sesiones de grabación fueron un deleite. “Era pura alegría tocar esas canciones, especialmente ‘White Room’ porque yo me la aprendía cuando tenía 12 años y como empieza en (tempo de) 5/4, pensaba: ‘¡Guau!, ¿qué es esto?’ En el estudio con JB, añade Kip, “todos sentíamos que creábamos algo, que todo mundo estaba ayudando a los demás. Apenas comenzábamos a tocar, sabía bien que las personas allí eran las adecuadas”.
The Cuicoland Express salió de gira en 2001.

“¡Hombre, realmente cocinábamos nuestra música muy bien en aquel entonces! –dice Horacio El negro con un resplandor en sus ojos—, iban Robby Ameen como segundo baterista; y Richie Flores en las congas, “era una interacción total de ritmos, nada que ver con quién tocaba más fuerte, sino en conversación rítmica.

“Era una banda de world-music con música nuestra, el funk de Bernie Worrell, el jazz de Vernon Reid, y Jack tocando al fondo algunas de sus canciones clásicas pero de una forma completamente distinta. Y Jack es el mejor líder de grupos musicales con quien yo haya trabajado. Sin embargo, él también desea ser parte de la banda, todo emanaba a partir del respeto, jamás nos ordenaba: ‘Tú tocas esto y tú esto otro’.”

El pianista Bernie Worrell (Nueva Jersey, 1944) destaca que The Cuicoland Express “es mi agrupación favorita con Jack. Podías llegar a donde quisieras. Era fácil, caliente, relajado. Jack se divertía con eso. Teníamos estructuras; empero, había cambios; aportabas giros ahí, colores, sombras, acentos, puntuación en el diálogo. Una cosa cool, una onda curativa”.

De hecho, la música revolucionó dentro del autobús del tour. Horacio asegura que todo se grabó y que los músicos podían escuchar sus partes y pensar acerca de cómo cambiarían o improvisaban cosas para tocarlas la noche siguiente. JB no estaba acostumbrado a involucrarse en esta especie de post-mortem, si bien haberlo hecho habla del sentido de buena voluntad general que existía entre los músicos. Tal acercamiento resplandece tanto en el DVD de su actuación en Cambridge Feyre de Inglaterra, en julio del 2002, como en las grabaciones “perdidas” del concierto Melkweg en Amsterdam, de octubre del 2001.

The Cuicoland Express andaba de gira en el amanecer de un interés considerable en torno a la música cubana que había encendido su chispa gracias a la promoción de Ry Cooder con Buena Vista Social Club (1997). Desgraciadamente, dicha gira tuvo que suspenderse debido al 9/11. Sus presentaciones estaban concertadas para octubre del 2001 en Europa y sin embargo, un montón de fechas por una gira en Estados Unidos cancelaron.

De todos modos, la banda se juntó para grabar el siguiente álbum de JB en la disquera Sanctuary, registrado en Nueva York con mezclas en Park Gate Studios durante 2002 y 2003, y coproducido por Kip Hanrahan. En el álbum previo participaron Gary Moore y Eric Clapton, aunque para estas sesiones JB confinó al personal de la banda con que había realizado esa gira, más su hijo Malcolm y Goffrey Townsend, un guitarrista que había conocido en 2002 durante un tributo a Los Beatles denominado Walk Down Abbey Road…

Los sonidos latinos hipnóticos y deslumbrantes de esos últimos dos álbumes agregaron nuevos contornos al panorama sonoro de JB. Pero un aspecto de la música mantiene su constancia (ya que las composiciones se despliegan y van siendo texturizadas en el estudio y las letras atraviesan por borradores repetidos, cualquiera tarda en extraer la esencia completa de lo que escucha. Cual brandy fino, la música mejora con los años y merece ser paladeada), y lo mismo aplica en Songs For A Tailor y en More Jack Than God, discos solistas de JB, de 1969 y 2003 respectivamente.

No obstante, JB no promovería aquel nuevo álbum. Kip dice que todavía tuvo problemas con JB por la grabación, las letras o lo que fuera; pero que entonces “la disputa no fue tan intensa, sino que hubo una suerte de situación embarazosa”.

Jack Bruce se encontraba gravemente enfermo (…)


Sólo se vive dos veces

Ya hacia 1979, la afición de Bruce por las drogas lo llevó casi a la bancarrota. En 1997 le diagnosticaron cirrosis hepática y para el 2003, le transplantaron el hígado. Luego de cumplir 68 años de edad, declaró al periodista Paul English:

“En algún momento con ‘Cream’ ganamos más dinero que cualquiera de las demás bandas de rock. Era increíble. Cuando tenía veintitantos años, no creo que ninguno de nosotros esperaba ni quisiera vivir más allá de los 30… 

No estoy orgulloso de haber sido un adicto, pero pude salir. Todo aquel quien lo ha sido se arrepiente. Si dices que no lamentas los años desperdiciados y el dinero que te negaste a ti mismo por la adicción, serías un baboso… Si yo tuviera la oportunidad de vivir otra vez, no lo haría de igual forma…

“Toda una generación se destruyó en mi Glasgow natal de los años 70 por la heroína. El único consejo humilde que daría es: ‘Nunca pruebes las drogas porque si las pruebas, te van a gustar’. Y si te metes en broncas por la adicción, debes conseguir la máxima ayuda posible para salir. La manera de parar su uso es abandonarlo por uno mismo. Puedes ir a miles de clínicas, pero eres tú quien debe querer dejar de usar la droga por convicción propia”.
Y sobre su lucha contra el cáncer:

“Soy la prueba viviente de que el cáncer puede superarse. Es en verdad terrorífico, pero hay algo en los humanos de que poseemos esta fortaleza interior que parece salir a flote cuando más la necesitamos. Resulta sorprendente lo que puedes lograr cuando tienes tal fuerza; pero hay personas que han sufrido mucho más que yo, por lo que trato de no abundar sobre esto…

Aunque suene extraño, desde que obtuve mi nuevo hígado hay cosas que ya no disfruto. Me encantaba la comida hindú, pero ahora ya no. 

Me hubiese gustado haber conocido más acerca del donador y su familia, pero ellos no permitieron difundirlo al Hospital Addenbrooke de Cambridge donde fui operado. Tampoco sé nada de la familia de quien me lo donó. Sin embargo, pienso que todos deberíamos registrarnos para ser donadores de órganos. Gente como yo sobrevivió a causa de dicha generosidad.


“Hace dos años dije que estaba a punto de retirarme y entonces me llovió un mundo de ofertas para trabajar. Supongo que por ellas es que sigo en la música. Todos tenemos papeles que vivir en nuestra existencia. Soy padre y esposo, soy abuelo; pero básicamente yo me siento justificado por estar vivo únicamente cuando me hallo arriba del escenario.”








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martes, 14 de octubre de 2014

A DONDE VAMOS A PARAR




Ya ves, siempre acabamos así
solo haciéndonos sufrir
por no evitar discutir
por no evitar discutir.

¿Por qué, ya no podemos hablar
sin una guerra, empezar?
y la queremos ganar
y la queremos ganar.

¿A dónde vamos a parar?
con esta hiriente y absurda actitud
démosle paso a la humildad,
y vamos a la intimidad,
de nuestras almas en total plenitud.

¿A dónde vamos a parar?
cayendo siempre en el mismo error,
dándole siempre mas valor,
a todo, menos al amor,
que no nos deja separar.

Tal vez, por lo que fue nuestro ayer
nos cuesta tanto ceder
y eso nos duele aprender
y eso nos duele aprender.

¿A dónde vamos a parar?
Con esta hiriente y absurda actitud
démosle paso a la humildad
y vamos a la intimidad
de nuestras almas en total plenitud.

¿A dónde vamos a parar?
cayendo siempre en el mismo error
dándole siempre mas valor
a todo, menos al amor
que hoy no nos deja separar.




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jueves, 9 de octubre de 2014

CUANDO LOS HIJOS SE VAN




Cuando los Hijos se van


Hay que aceptarlos con esa condición,
hay que criarlos con esa idea,
hay que asumir esa realidad.

No es que se van... es que la vida se los lleva.

Ya no eres su centro.
Ya no eres propietario,
eres consejero.

No diriges, aceptas.
No mandas, acompañas.
No proyectas, respetas.

Ya necesitan otro amor,
otro nido y otras perspectivas.

Ya les crecieron alas
y quieren volar.
Ya les crecieron las raíces
y maduraron por dentro.

Ya les pasó las borrascas
de la adolescencia
y tomaron el timón.

Ya miraron
de frente la vida
y sintieron el llamado,
para vivirla por su cuenta.

Ya saben que
son capaces de
las mayores aventuras,
y de la más completa
realización.

Ya buscarán un amor,
que los respete,
que quiera compartir
sin temores
ni angustias las altas
y las bajas
en el camino
que les endulce
el recorrido y
los ayude en el fin
que quieren conseguir.

Y si esa
primera experiencia
fue equivocada,
tendrán la sabiduría
y las fuerzas
para soltarlas,
así,
otro amor
les llegará
para compartir
sus vidas
en armonía.

Ya no les
caben las raíces
en tu maceta,
ni les basta
tu abono para nutrirse,
ni tu agua
para saciarse,
ni tu protección
para vivir.

Quieren crecer
en otra dimensión,
desarrollar
su personalidad,
enfrentar
el viento
de la vida,
al sombro
del amor y
al rendimiento
de sus facultades.

Tienen un camino
y quieren explorarlo,
lo importante
es que
sepan desandarlo,
tienen alas
y
quieren abrirlas.

Lo importante es
el corazón sensible,
la libertad asumida
y la pasión a
flor de piel.

Que la rienda
sea con responsabilidad,
y la formación,
llena de luz.

Tú quedas adentro.
En el cimiento
de su edificio,
en la raíz
de su árbol,
en la corteza
de su estructura,
en lo profundo
de su corazón.

Tu quedas atrás.

En la estela luminosa
que deja el barco al partir.

En el beso
que les mandas.

En el pañuelo
que los despide.

En la oración
que los sigue.

¡En la lágrima
que los acompaña!

Tú quedas siempre
en su interior
aunque
cambies de lugar.



Erosguau





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